martes, 29 de marzo de 2016

El viaje de Arlo (Película)

El viaje de Arlo





¿Qué hubiera pasado si el asteroide que cambió para siempre la vida en la Tierra hubiera esquivado el planeta y los dinosaurios no se hubieran extinguido nunca? Un viaje al mundo de los dinosaurios donde un Apatosaurus llamado Arlo se hace amigo de un humano, aunque resulte asombroso. Mientras viaja por un paisaje desolado y misterioso, Arlo aprende a enfrentarse a sus temores y descubre de lo que es capaz.

Mi opinión:

Siempre he adorado las películas de Disney y Pixar, desde bien pequeña. De hecho, incluso ahora trato de verlas todas, porque me parecen absolutamente maravillosas. Por eso, cuando vi el trailer (hace ya tiempo) de El viaje de Arlo, supe que no podía dejarla escapar. 
Sin embargo, he de decir que esperaba algo más de esta historia, un punto más que me llevara a decir que esta película es una obra de arte. Pero no fue de esa manera, así que me limitaré a decir que sí, me gustó... pero no como otras de su casa.

El viaje de Arlo nos habla de un pequeño dinosaurio que vive en la granja de sus padres, junto a ellos y sus dos hermanos. Allí, todos parecen tener una actividad propia que saben desempeñar con facilidad (como arar el campo o regarlo) Todos... menos Arlo. Nuestro protagonista, mucho más pequeño físicamente que sus hermanos es un cobarde redomado que no sabe hacer absolutamente nada. 
Precisamente este es el quid de la cuestión y será el punto donde comience toda la trama: en un intento por que Arlo sea valiente, su padre comete una imprudencia que tiene fatales consecuencias. Eso, sumado a la mala suerte del pequeño, hará que su viaje de regreso a casa comience. 

A grandes rasgos, esta es la sinopsis de la película.
Evidentemente, hay mucho más, como el pequeño humano-perro con el que se encuentra y con el que hará amistad (esta parte me resultó, francamente, muy entretenida y me reí mucho. El cachorrillo de humano es muy divertido y conmovedor). También haré mención a los pterodactylos fanáticos (¡la tormenta provee!) y su locura colectiva (¿alguien encuentra también similitudes con algunas religiones? o.o) o a los tiranosaurios cowboys. (Sí, exacto, John Wayne versión T-Rex). 

Como podéis ver, es una película entretenida que, en un inicio se torna lenta y extraña, pero que, a medida que avanzan los fotogramas se vuelve más rápida... y más extraña aún. (Y si no, esperad a ver el momento fumada de los dos protagonistas. Muy, muy divertido). Como viene siendo normal en Disney, también veremos su toque dramático y conmovedor, que a más de uno, le tocará el corazoncito.

Sin embargo, he de decir que más que la trama y su evolución, lo que realmente gusta de esta película es su belleza gráfica: grandes paisajes muy realistas, verdes y enormes. Acantilados que parecen salirse de la pantalla y agua (mucha agua) que es de lo mejor de la película.

Si bien es cierto que no es la mejor película de la compañía, tampoco hay que dejarla de lado. ¡Dadle una oportunidad!








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