domingo, 18 de marzo de 2018

Altered Carbon (Serie)

Altered Carbon 



En el año 2384 la identidad humana puede almacenarse en un soporte digital y transferirse de un cuerpo a otro, lo que permite a los seres humanos sobrevivir a la muerte física al asegurarse que sus recuerdos y su conciencia sean «insertados» en nuevos cuerpos. Takeshi Kovacs, un ex miembro de unidades militares especiales, es asesinado e insertado, 250 años después, en el cuerpo que antes era propiedad de Elias Ryker, un oficial de policía de Bay City, a instancias de Laurens Bancroft, un rico y poderoso aristócrata de 365 años de edad que aparentemente se suicidó, perdiendo todos los recuerdos de los eventos previos a la muerte. Bancroft está convencido de que no se ha suicidado y contrata a Takeshi Kovacs para investigar lo que él considera un asesinato.

Mi opinión:

En cuanto vi el tráiler de esta serie, sentí la necesidad irrefrenable de verla. No es que sea una gran fan del ciberpunk (de hecho es la primera vez que veo algo del género), pero había algo extrañamente enigmático en su argumento que me atraía sin remedio. Por eso, en cuanto Netflix la estrenó, me apalanqué frente al pc y me prometí a mi misma que no me levantaría hasta que la terminara.
¿Y qué me pareció...? ¡Adelante reseña!

Lo primero que quiero decir acerca de esta serie es que es extraña. No extraña en el mal sentido, pero sí creo que no es algo a lo que estamos acostumbrados. Pero, ¡ey! siempre me han gustado las cosas que salen de ese marco de normalidad, así que quizá por eso esta serie me atrapó tantísimo. 
La serie nos habla de un mundo futurista en el que se ha perdido completamente el sentido de la humanidad. Aunque seguimos siendo humanos, el hecho de que exista una forma alternativa de vida y que se aferra con tanta fuerza a la inmortalidad, nos ha robado lo que nos caracteriza de manera más acuciante: el miedo a la muerte. En este marco de decadencia y violencia (porque la serie es muy, muy violenta) nos encontramos con un ex-soldado rebelde y un multimillonario con tendencias divinas, cada cual con una visión diferente del mundo, pero que se unirán para resolver un asesinato. 

La investigación llevará a Takeshi Kovacs a los suburbios de la ciudad, donde tendrá que ir hilando su propia red de contactos para ir subiendo peldaños en lo que es una investigación del todo truculenta: violencia, sexo, prostitución, mentiras y celos. ¿Por qué alguien querría asesinar a Bancroft? ¿Y por qué no? Esta es la gran pregunta que formula la serie, aunque no es la única. 
Evidentemente, esta no es la única trama que despliega la historia. Poco a poco veremos flashbacks en los que conoceremos a Kovacs y en los que aprenderemos cómo era el mundo antes de <<las fundas>>. Veremos el cambio de pensamiento, la evolución (o involución) del pensamiento humano y cómo este se corrompe con la facilidad de un chasquido de dedos. También nos toparemos, casi de refilón, con una historia de amor dividida: un amor del presente y un amor del pasado que parecen rozarse en ocasiones, y que no llegarán a una conclusión (por desgracia). 

Como podéis ver, la trama es realmente interesente y está muy bien filmada. Sí que es cierto que a veces el cambio de funda puede resultar desconcertante, ya que un mismo personaje puede tener varios cuerpos, pero tras un par de capítulos te acostumbras. A mí la verdad es que me gustó bastante, aunque también tengo que decir que me impresionó más de lo que yo esperaba. Hay algunas escenas muy violentas (como en la que torturan a Kovacs en realidad virtual), pero no son esas las que me tocaron la fibra. Hay una escena en concreto (casi al final, cuando se descubre todo) que aunque es menos violenta que otras que hemos visto en la misma serie, tuve que apartar la mirada. Quizá es que soy muy sensible a ciertas cosas, o quizá fue el momento, pero lo cierto es que no conseguí quitarme ese momento de la cabeza durante varios días. Y de hecho gracias a ese inquietante momento entendí muchas cosas acerca de la serie y de las motivaciones de los personajes, y entendí también que aunque la idea de ser inmortal es realmente atractiva, el convertirlo en algo real es abrumador y termina por convertirnos en monstruos. 

A nivel de personajes, tenemos un variadito bastante interesante: desde el propio Kovacs, frío y despectivo, con un pasado turbulento, a personajes secundarios y casi invisibles que terminan por jugar un papel importante para la trama. O incluso tenemos Inteligencias Artificiales que se convierten en grandes personajes (Poe :D). Como ya he dicho antes, tenemos un buen elenco de personalidades que ramifican diferentes papeles y que son fácilmente reconocibles. En este caso, el más llamativo es el de Kovacs y Ortega (la policía que va tras él para recuperar la funda de su novio, que es la que lleva Kovacs) porque es en el que se centra más la trama. Sin embargo también llama mucho la atención Bancroft y su historia, y me hubiera gustado que saliera más. No me pasó tanto eso con otros personajes, y eso que eran esenciales en la trama. De hecho me parecieron mucho más típicos y si bien no son prescindibles, sí que son muy pasables. 

En definitiva, esta nueva serie de Netflix me ha dejado muy buen sabor de boca, aun siendo violenta y en ocasiones desagradable. Creo que es una serie que nos puede hacer pensar y recapacitar sobre lo que somos y sobre lo que no deberíamos ser. Muy recomendable. 

Escena favorita:

Soy una romántica, ya lo sabéis. Me quedo con el primer beso de Ortega y Kovacs.



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