Reseña: La música del mundo (Házael González)

La música del mundo

"El Palacio de las Noventa y Nueve Fronteras ha sido conquistado por la Reina de los Hombres, y mientras el ejército sireneo lucha por recuperarlo, Aidarsarán y el dragón Lyars son víctimas del ataque de la siniestra reina, que se ha hecho con el poder de los Cráneos de Sombra, una antigua y perversa arma élfica capaz de arrancarle a cualquier ser vivo todo lo que más valora de sí mismo. Dispuestos a recuperar lo que les ha sido robado, inician un viaje al lejano norte en busca de los Dragones Fríos, tal vez los únicos que conocen la forma de vencer el poder de la terrible arma. Mientras tanto, en otro lugar de la Tierra Incontable, un viejo humano descubre enterrado el Laykay, una mítica embarcación élfica en la que tiene acceso a una visión del pasado que le revela un mensaje escondido en el tiempo. Un mensaje que lo conducirá, junto a una sirena, un Nayl y una tripulación de elfos, hasta la legendaria Ciudad, aquella que fue destruida en la última guerra entre elfos y humanos, y donde a todos ellos les será revelado uno de los más antiguos secretos.
Porque aunque nada parece ser capaz de detener a la enloquecida reina, dispuesta a exterminar a todos los seres mágicos de Nayrda, solo aquellos que sean capaces de escucharla y confiar en su poder podrán encontrar el camino hacia la salvación. "

Mi opinión:

¡Por fin llegamos al Tercer Círculo de esta maravillosa serie! 

Como sabéis por anteriores reseñas, el final del Segundo Círculo se queda extraordinariamente abierto así que era imposible que no continuase leyendo. Afortunadamente para mí, existía una tercera parte... en la que, una vez más, deseas no dejar de leer.

¿Y por qué? Porque la magia de la Tierra Incontable continúa, esta vez, con un personaje antiguo ya conocido (si habéis leído El Despertar, sabréis quién es) y con nuestro querido Airdasarán. ¿Y Zaleha y Lirond? Bueno... habrá que esperar para saber más de ellos.

Pero empecemos por el principio. Siguiendo la línea argumental del último libro (Viaje a la profundidad) nos encontramos ante un escenario bélico brutal: la guerra entre sirenas y la reina humana es un hecho. Por un lado encontramos al general Airdasarán, ya sin la compañía de Zahel, que tiene la obligación de encontrar la manera de entrar en el Palacio de las Noventa y nueve fronteras. Afortunadamente para él, será Zaleha, (¡POR FIN!) quien le ayude a idear una estrategia. (Y ahora hago un inciso, porque es mi deber como lectora hacerlo. ¡Tres libros han tardado en encontrarse, tres! Y cuando esperas una escena de sexo salvaje y amor desenfrenado... te encuentras con dos pánfilos nerviosos que se dedican a... la estrategia militar. Para matarlos.) 

Tras conformar dicha estrategia y jurarse el uno al otro que no volverán a separarse, nuestros protagonistas atacarán El Palacio: sirenas de todos los clanes, Lirond, Airdasarán y Mitreya (la espada de luz), Zaleha y Kalep (otra espada de luz). Sin embargo, este primer embate no saldrá bien y todo se irá al traste: las sirenas serán capturadas, Airdasarán también...  Zaleha deberá luchar contra dos espadas encantadas y los dragones, los escasos que aún siguen sin ser sometidos, tendrán un amargo final.

¿Quiere decir esto que nuestra historia se marcha a pique? En absoluto, pues esto es solo el principio de la novela.

Llegados a este punto, hay que hacer una aclaración importante: aunque el libro parezca un poco caótico al principio, no hay que desesperar, porque todas las incógnitas acaban por tener solución (como el caballero del principio, por ejemplo), pero hay que tener paciencia. 

Tras el prólogo de la batalla, nos encontraremos con una linea argumental diferente a los otros libros: el primero nos contaba el despertar de Zaleha, el segundo, los viajes de Airdasarán por las ciudades sireneas para advertirles de la guerra y los propios de Zaleha en busca de su espada. Y ahora... sí, tenemos más viajes, efectivamente, pero serán completamente distintos a los primeros: para empezar, no tardaremos en darnos cuenta de que Zaleha no aparece. (No la busquéis hasta el final, ya os lo digo) 

El primer viaje que tendremos será el  Airdasarán y Lyars, (un dragón al que han maldecido) que unidos por la maldición de la Reina humana, deben partir a la lejana Thüil en busca de los Dragones fríos, pues son ellos los únicos que saben algo sobre los Cráneos de Sombra (un artefacto importante para la guerra).  Durante su viaje encontrarán nuevos aliados, como un Gato o la Gente Pequeña o incluso a criaturas tan fantásticas como otro de los Nayl. 

El segundo viaje es, sorprendentemente, de uno de los personajes más queridos del primer libro: el Mago. Desaparecido durante el segundo volumen de la serie, nos lo encontramos entrenando, junto a una sirena, en la isla del Maestro (otro Nayl, por cierto). Aunque sí que es cierto que esta parte se hace un poco lenta (debido a los entrenamientos y quizá a un exceso de filosofía) todo cambia en el momento en el que el Maestro le pide que arregle un viejo barco élfico: el Laykay... uno de los barcos del mítico Arn.

En mi opinión, de ambos viajes contados, el que más me ha gustado ha sido el de El Mago. Aunque, repito, al principio se me hiciera todo un poco lento, a medida que leía y descubría la magia implícita en el barco y en su historia me iba enamorando más y más. Conceptos tan bonitos como el Aniil, o como la magia escondida en los sígilos son motivos más que suficientes para engancharte a la historia. Más aún cuando descubres que esa historia se transforma en algo de dimensiones colosales y que implica a Nayls (oh, Ezhalá *_*), elfos, humanos y sirenas. 

Con esto no quiere decir que la historia de Airdasarán no me haya gustado, ni mucho menos, pero sí es cierto que preferí una a la otra.

Tras este extenso resumen, llega el momento del final. De nuevo, muy abierto, con nuevas incógnitas que despejar: ¿A dónde van Zaleha, Marina del Mar, Lirond y los elfos? ¿Y Airdasarán? ¿Conseguirá escapar de la locura del dragón que lo ha secuestrado? ¿Y qué pasará con Lyars? ¿Y con El Mago y su compañera sirena?

Desgraciadamente, esta vez sí que tendremos que esperar, pues aún no hay noticias del Círculo Cuarto. Sin embargo, sí que podemos disfrutar de otros títulos publicados que también se refieren al mundo de la Tierra Incontable. (Historias élficas y La historia de la Verdadera).

Y ahora, tras la parte más deseada de la reseña, hablemos de aspectos más técnicos. La portada, por ejemplo, que al principio puede confundir, tiene mucho que ver con una parte en concreto de la novela (estamos hablando de la historia de Airdasarán) así que, aunque al principio os confunda, está completamente justificada.

Narrativamente hablando, Házael sigue en su linea: variopintos paisajes muy descritos, frases largas (quizá algo extensas para mi gusto) y párrafos llenos de hermosa filosofía que te arrancan una sonrisa a medida que lees. Ni qué decir tiene, por supuesto, que de sus páginas brota la más pura magia y fantasía, lo que siempre es una auténtica delicia. 

¿Quién no puede maravillarse con una lectura tan rica?

En definitiva y, como siempre, este nuevo libro de Házael ha cumplido mis expectativas y me ha maravillado una vez más. Muy recomendable, aunque recomiendo haber leído los libros anteriores para tener una mejor comprensión del total. 

Escena favorita:

La verdad es que en este libro hay muchas, pero creo que una de las que más me han gustado ocurre a bordo del Laykay, durante la danza de Ezhalá. Es tan bonita y original *_*

¿Dónde comprarlo?

Yo siempre los recomiendo en papel, por los mapas y demás, así que podéis comprarla aquí. 

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