Abi reseña: La misión del samurai (Arman Lourenço)

La misión del samurai 

Irene ha terminado su carrera universitaria, después de años y luchas por llegar a ser alguien, por fin puede ser dueña de su destino, pero en el viaje de fin de curso, la tragedia se cierne sobre ella y sus compañeros. En busca de ayuda, en un lugar casi deshabitado, Irene encuentra a Asahi, un feroz guerrero samurái, que presta sus servicios a su amada diosa. Lo que Irene no sabe, es que su llegada forma parte de una profecía, que solo se verá cumplida gracias a ella, y por ese mismo motivo, Asahi tiene una misión, protegerla y cuidarla con su propia vida. Algo a lo que ella no cederá con facilidad. ¿Asumirá Irene su papel de elegida? ¿Cederá el control de su vida a un ser sobrenatural? ¿Podrá resistirse al encanto de una sonrisa? 

Una historia divertida, llena de magia, poder, leyendas y mitos, personajes divertidos y situaciones cómicas, que mantendrán a lector pegado a cada página.

Mi opinión:

3º novela que leo de Arman y tercera vez que me sorprende. Una vez más, esta escritora cambia de registro y nos presenta una historia de aventuras, mitos y leyendas adornado por el amor tierno y dulce que caracteriza sus novelas.
En la misión del samurai, en concreto, lo veremos de mano de Irene y Asahi, los protagonistas de preciosa novela.
Todo comienza con un accidente. Irene acaba de terminar la carrera y como viaje de fin de curso, ella y sus compañeros deciden ir a Japón. Y de golpe, de la noche a la mañana, Irene se ve sin ellos, sin sus amigos, sin nadie que pueda ayudarla. Desorientada y herida, decide salir del barranco y pedir ayuda.
Esta llegará de la mano de Asahi, un samurai dedicado a la diosa Amateratsu. ¿O quizá no? Para Irene, es más bien una molestia que una ayuda...

"Le miré sin decir nada, sus ojos no parecían tan rasgados como los de la mujer gruñona que me curaba, y su mandíbula era más recta, más occidental, sin embargo, era tremendamente guapo. Vestía con una especie de bata con las mangas muy anchas, atado con un trozo de tela que simulaba un pantalón falda, muy japonés, muy antiguo"

Tras el primer encuentro, Irene descubrirá que está allí por una razón y que, por tanto, no puede marcharse del recinto. Pero, ¿qué misión retendrá a una española en el país del sol naciente?

Esa será la verdadera esencia de la historia ya que todo, absolutamente todo, dependerá de esta misión.

Evidentemente, no os voy a decir cuál es... porque tendréis que leerlo. Solo os diré que Irene es muy importante en un juego de Dioses japoneses y que será de vital importancia para la vida de los samurais.

En esencia, esa es la historia de la que hablamos. Si ahondamos más profundamente, os diré que lo que más me ha gustado de la novela ha sido la ligereza con la que estaba escrita, los momentos divertidos que me han arrancado una sonrisa y sobre todo, el giro inesperado que se da al final.

Sin embargo, hay algo con lo que no me he sentido del todo cómoda. Normalmente las protagonistas de Arman me encanta, pero Irene se me ha atravesado un poco. Sí, es cierto que es quien narra la historia... pero la he visto siempre muy enfadada, desagradable, incluso, con los que la rodean (evidentemente, no siempre. De hecho, hay escenas con Kenshin, uno de los niños del recinto, en los que me la comía a besos). Sorprendentemente, también es así con Asahi que, pese a ser el protagonista masculino, aparece y desaparece y en lineas generales, se sabe poco de él. 

Lo cierto es que me hubiera gustado que la historia de amor estuviera más presente y que, quizá, se entremezclara más con la de fantasía.

Como he dicho, es lo único que no me ha gustado, ya que todo lo demás está muy logrado: literatura ágil, divertida y nada pesada, que nos narra una historia atrevida y dinámica sobre una cultura diferente. La fantasía también está ahí, para los amantes de lo diferente: dioses vengativos, dragones, un linaje familiar poderoso...

En definitiva, es un avance en su carrera literaria ya que te deja con muy buen sabor de boca. Muy recomendable si quieres reírte un rato... o si quieres que tu corazón se encoja (sobre todo al final)

Escena favorita:

Cuando Irene le pega el pellizco a Asahi... no os imagináis cómo me pude reír ahí.

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